Page 148 - Panorama Audiovisual Iberoamericano 2019
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                 Jan Vandierendonck, director del Instituto del Cine y la Creación  Audiovisual (ICCA) y
             Arturo  Yépez,  productor  y  maestro  universitario,  ensayan  diagnósticos  de  la  situación,  para
             revelar políticas y acciones prácticas con las que pretenden interpretar y corregir un momento
             poco alentador. También se destaca el resurgir de organizaciones de cineastas y de trabajadores
             del cine y el audiovisual, que se juntaron para que la legislatura garantice derechos que protegen
             la producción local, con lo que está quedando claro que -a pesar de los pesares- casi nadie está
             dispuesto a cruzarse de brazos.

                 Vandierendonck, desde sus nuevas oficinas ubicadas en el centro-norte de Quito, en lo que
             llaman  “La  Casa  del  Cine”,  dice  trabajar  doce  horas  diarias  o  más,  al  frente  del  ente  rector  del
             cine, encargado de diseñar las políticas de fomento del sector. Está consciente de que cada día
             aumenta el número de cineastas ecuatorianos, que no han dejado de realizar grandes esfuerzos
             para producir películas que inciden en ciertos espacios internacionales, pero con poca repercusión
             en lo local. Desde su experiencia de realizador, cree que la ficción está en deuda con el país, y las
             cifras lo revelan. En el 2018, de setenta y dos producciones solo diecisiete fueron de ficción, veinte y
             dos menos que en el 2017, siendo ése un género de enorme impacto para el público local. Al parecer,
             los realizadores no estarían teniendo en cuenta ésta realidad.

                 Arturo  Yépez, maestro universitario y productor reconocido en el medio, que ha estado
             involucrado en películas como: “Sin otoño, sin primavera” (Iván Mora); “Sin muertos no hay
             carnaval” (Sebastián Cordero) , es uno de aquellos que brega porque se entienda los nuevos roles
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             que debe cumplir el productor, de cara a los desafíos del mundo digital. Eso implica desandar
             procesos y adaptarse a los nuevos tiempos y lenguajes. Yépez, que es ahora el Gerente Operativo y
             Cabeza de Desarrollo de Touché Films, joven empresa ecuatoriana que ha posicionado “Enchufe.
             tv”, una serie que cuenta con más de 30 millones de seguidores en plataformas digitales y ostenta el
             honroso reconocimiento del canal más visto de sketchs en español, dice que en Ecuador el productor
             llega tarde a los proyectos, cuando éstos ya están en marcha.

                 Esa llegada tardía ha impedido hacer financieramente viables a los filmes, generándoles desazón
             a sus realizadores. Desde su perspectiva “siempre tiene que haber –idealmente- dos visiones: la de la obra
             en si y la visión del producto”. Y es que Yépez defiende que una vez que se concibe bien el producto,
             es más sencillo entender hacia donde éste debe ir; el tamaño posible del negocio y el esquema
             financiero que requiere, para no someter a sacrificios innecesarios a sus creadores. No obstante,
             admite que no hay muchos productores locales dispuestos a observar ese rigor y esa lógica. “Se está
             formando gente y nosotros mismos nos estamos formando. Esto es algo que yo voy aprendiendo todos los días.
             Si queremos tener una industria audiovisual, ese es el tipo de productor que se requiere”.

                 Vandierendonck coincide con Yépez y destaca que Ecuador aun vive una etapa de “cine de
             directores”, sin todavía poder acceder a una etapa de “cine de productores”. Eso estaría impidiendo
             el desarrollo de una industria sana, a partir de que el productor decide temáticas y enfoques, de
             acuerdo a las condiciones y objetivos reales del mercado.

                 Ese cine de directores, con una suma de óperas primas, todavía no deja de proponer historias
             muy vinculadas a la vida personal del director, que -sin ser esa una ilegítima propuesta profesional
             y estética-, no necesariamente convoca a una audiencia numerosa a las salas, más si en éstas el
             espectador espera ver grandes películas de acción como: “Avengers”, “Los Superhéroes” o “Los
             niños escandalosos”. Yépez afirma que el público potencial que consume el cine ecuatoriano, no va
             al cine del mall, sino que busca otras ventanas, como las operadoras de cable o los OTT, y gráfica lo
             riesgoso que es programar en espacios no correspondientes: “Poner nuestras pelis en el mall es como
             poner un restaurante gourmet en el patio de comidas, donde el público consigue la hamburguesa que sabe
             siempre igual y no espera que le sorprendas con algo especial”.





             2 Sebastián Cordero director de cine ecuaroriano, nominado a los premios Platino, como mejor dirección de montaje,
             por su película “Sin muertos no hay carnaval”.
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