Page 271 - Panorama Audiovisual Iberoamericano 2018
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CAPITULO IV
BRASIL: UNA DE DÉCADA DE CINE (2008-2017)
Por Departamento de Reparto y Documentación de EGEDA
HISTORIA DEL CINE BRASILEÑO
Un breve recorrido por la historia cinematográfica pone de manifiesto que el cine brasileño se
originó cómo en el resto del mundo, siguiendo la estela de la invención realizada por los hermanos
Lumiére en Europa a finales del siglo XIX pero enseguida se consolidó como una forma esencial de
entretenimiento. Las primeras proyecciones cinematográficas nacen de la mano de camarógrafos
italianos a los que secundaron profesionales portugueses y brasileños que rodaron escenas
cotidianas de la vida brasileña.
La Bela Época del Cine brasileño se desarrolla durante los primeros años del siglo XX de la
mano de los camarógrafos pioneros de finales del siglo anterior. La primera productora con una
actividad continua que opera en Brasil es Foto-Cinematográfica Brasileira y de forma conjunta
nacen las primeras salas de cine a medida que se consolida el suministro de corriente eléctrica
en ciudades tan importantes como Rio de Janeiro y Sao Paulo. Los géneros más habituales
en un principio fueron los documentales y noticieros. Las primeras obras de ficción fueron las
llamadas “películas posadas”, reconstrucciones de crímenes aparecidos en la prensa de la época
y las “películas cantadas” en la que los intérpretes se doblaban a sí mismos cantando durante la
proyección. La película con más éxito de esta época es Os estranguladores (1908), dirigida por el
portugués Antonio Leal e inspirada en un crimen real.
Los Ciclos Regionales tienen lugar fuera de las grandes ciudades, justo después de la Primera
Guerra Mundial y hasta el principio de los años 30. La producción cinematográfica de este periodo
incluye documentales, noticiarios, cortometrajes y largometrajes de ficción. Los ciclos que se
destacan son los de Recife, Campinas y Cataguases. En este último ciclo nace el primer talento
reconocible del cine brasileño, Humberto Mauro, quien dirige cuatro largometrajes en el estado de
Minas Gerais a finales de los años 20, entre los que destaca O tesouro perdido (1927) y posteriormente
se traslada a Rio de Janeiro para filmar su obra más reconocible, Ganga Bruta (1933), en los que el
director inicia el salto del cine mudo al sonoro. Una película anterior pero también considerada una
obra maestra del cine brasileño es Limite (1931) de Mario Peixoto.
Las Chanchadas cubren el periodo que va desde principios de los años 30 hasta el final de la
década de los 50. Este género consiste en películas de bajo presupuesto realizadas en poco tiempo
y que versan sobre temas carnavalescos, parodias y sátiras. Las chanchadas más famosas están