Page 33 - Panorama Audiovisual Iberoamericano 2020
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CAMBIO EXISTENTE EN LA PRODUCCIÓN, QUE HA PASADO DE PRODUCIR
PELÍCULAS PARA CINE A SERIES PARA PLATAFORMAS DIGITALES
Por Mariana Secco
Para evaluar el cambio que significa pasar de producir películas a series en Uruguay es
importante en primer lugar reflexionar sobre cómo ha funcionado esta modalidad desde el retorno a
la democracia en 1985. Podemos afirmar que la historia anterior al golpe de estado se compone, sin
ánimo de desmerecerlos, de algunos casos aislados y que durante la etapa de facto sólo se contó con
experiencias documentales de índole panfletarias al servicio del poder militar. Es por lo tanto con
la vuelta a la vida institucional cuando se empieza a vislumbrar el nacimiento de un posible cine.
Este es acuñado por un grupo muy pequeño de cineastas que vienen de distintas disciplinas
lo que resulta en una producción audiovisual absolutamente ecléctica y en general pretenciosa
desde lo intelectual. Esto se explica en parte por la enorme influencia de la Cinemateca Uruguaya
–también en ese momento había muchos críticos en actividad- lo que en definitiva constituiría los
pros y contras de la cinematografía que vendría. En lo que respecta a un posible aporte narrativo
desde la televisión, este fue mínimo, ya que, descontando los informativos, escasos programas
periodísticos, algún show de preguntas y respuestas y magazines, la producción de ficción estaba
asociada a programas de sketches humorísticos.
Es de notar que hasta hoy nuestro país es de los pocos en los cuales la televisión no ha tenido
la más mínima participación, ni colaboración, en lo que respecta a su movimiento audiovisual.
Por lo tanto en ese particular momento, con el impulso de la nueva libertad recobrada, el cine
(re)nace de forma absolutamente independiente y nueva en todos los aspectos. Tampoco el país
contaba con escuela o carrera que involucrara lo audiovisual, por lo tanto, muchos de los primeros
realizadores si bien tenían a nivel teórico conocimientos de cine eran autodidactas en lo que
respecta a producirlo. De ahí que la factura de los primeros films de la década del 80 es buena, pero
el procedimiento de producción no seguía necesariamente ningún método. Pasaría una década
para contar con instituciones de enseñanza, opciones en determinadas carreras vinculadas a la
comunicación (en muchos casos los profesores pertenecían a la primera camada), lo que daría pie
a la segunda generación de cineastas ya más consustanciados con los clásicos festivales de cine
independiente europeos.
Pero incluso en esta segunda instancia, si bien la calidad de los films era buena, la cantidad era
ínfima. A esto hay que sumarle un sistema de producción que seguía siendo muy precario, en el cual