Page 24 - Panorama Audiovisual Iberoamericano 2019
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24 PANORAMA AUDIOVISUAL IBEROAMERICANO 2019
Estado en diferentes momentos de la historia, pero también fondos completos de cine doméstico,
amateur, documental, experimental y otras formas de cine no profesional. Si bien es cierto que esa
parte de la memoria institucional del país la comparte Filmoteca Española (junto con el resto de
filmotecas de las Comunidades Autonómicas) con las televisiones, y principalmente con TVE, esas
otras tradiciones distintas de la comercial y la institucional son, prácticamente, exclusivas de las
filmotecas. Estamos hablando, por lo tanto de la riqueza de un patrimonio cultural único que debe
ser no solamente preservado, sino adecuadamente explorado, investigado y puesto en circulación.
Filmoteca Española tiene que impulsar su oferta de difusión por lo tanto desde ese doble eje: como
museo de prácticas culturales y como archivo de la historia audiovisual del país.
La preservación del patrimonio no puede caer, como lo ha hecho en otros tiempos, en su
embalsamado (menos todavía si hablamos de imágenes en movimiento), las películas (comerciales,
industriales, militantes, amateurs, familiares) tienen que restaurarse y conservarse para poder
seguir siendo mostradas, en su adecuado marco contemporáneo, a los públicos presentes. En un
momento en el que el concepto cine se debate entre quedar limitado a una práctica cultural elitista
o desaparecer, una reflexión sobre sus formas presentes (¿dónde está el cine?) y su pasado (¿dónde
estuvo y que espacios ocupó?) es la mejor herramienta para fortalecerlo y así lanzarlo hacia el
futuro.
Presente, pasado y futuro
Filmoteca Española tiene seis cometidos legales que cumplir (RD 7/1997): recuperar, preservar
y restaurar el patrimonio cinematográfico; salvaguardar y custodiar el archivo de películas y obras
audiovisuales; la difusión del patrimonio cinematográfico; el fomento de investigaciones y estudios
principalmente de cine español; la colaboración con otras entidades similares, dentro y fuera de
España; la formación de personal para catalogación, conservación y restauración.
Ninguno de ellos tiene sentido si no convergen en la creación de ese nuevo relato al que hacíamos
referencia más arriba. Filmoteca tiene que ser, y solo puede ser, ese Angelus Novus que pintó Paul
Klee e interpretó Walter Benjamin como el ángel de la historia en 1920:
Hay un cuadro de Paul Klee que se llama Angelus Novus. En él se muestra a un ángel que parece a
punto de alejarse de algo que le tiene paralizado. Sus ojos miran fijamente, tiene la boca abierta y las alas
extendidas; así es como uno se imagina al Ángel de la Historia. Su rostro está vuelto hacia el pasado. Donde
nosotros percibimos una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única que amontona ruina sobre
ruina y la arroja a sus pies. Bien quisiera él detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado,
pero desde el Paraíso sopla un huracán que se enreda en sus alas, y que es tan fuerte que el ángel ya no
puede cerrarlas. Este huracán le empuja irreteniblemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras los
escombros se elevan ante él hasta el cielo.
Historia, memoria e identidad convergen (o incluso colisionan, eso tampoco tiene que ser
problemático) en esa ecuación benjaminiana y es ahí donde nacen esos relatos que, como decía al
inicio, me obsesionan desde hace ya varios meses. Cien años después de que el filósofo alemán
enunciase esa idea parece que viene siendo hora de que nos pongamos a trabajar con ella en torno
a nuestro patrimonio audiovisual y cinematográfico. Para ello necesitamos manejar los textos
cinematográficos que se han producido en nuestro país a lo largo de las décadas y no seguir
perdiéndolos irremediablemente. Hace un par de meses, Jane Fonda instaba a la industria de
Hollywood a “invertir tanto en la preservación de las películas como en su producción” (Hollywood
Reporter, 10 de marzo de 2019). No voy a pedir lo mismo a los productores del cine español. Ni
siquiera les voy a pedir que consideren que la mitad del dinero que el Gobierno dedica a la industria
del cine sea para su preservación. Me conformo con mucho menos: no me den el 50%, ni siquiera el
25, me conformaría, para empezar, con una décima parte.