Page 327 - Panorama Audiovisual Iberoamericano 2019
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¿SE VE LA TELE (DE SIEMPRE) O NO SE VE? 327
Tal como ha sucedido con el desarrollo del uso y disfrute del móvil con Steve Jobs como protagonista
supremo del desarrollo de este artilugio, a partir de 2010 con el nacimiento del IPhone, todo se tornó
exponencial: el uso y compra de teléfonos inteligentes, la dedicación en horas y horas de consumo de los
nuevos soportes y la irrupción tras la voz y los mensajes de la permanente conectividad e interactividad: estar
permanentemente conectados era básico para la pertenencia a cualquier grupo. Pues todo ello en televisión
fue también exponencial en nuestro país cuando se produce el apagón analógico y llega el encendido digital.
Hasta mediados de los primeros diez años del siglo XXI, el consumo televisivo rondaba entre los 210
y 217 minutos como promedio por espectador y año, en los ejercicios de 1994 hasta 2006 en el 2004, por
primera vez, La 1 de TVE dejaba de ser el líder de audiencia al ser superada por Tele 5 (21,4 % por 22,1 %)
momento en el que a partir del cual el consumo subía de manera muy relevante, con la fortísima incidencia
de una mucha mayor oferta de cadenas con la llegada de la Televisión Digital Terrestre. A mayor oferta de
canales en competencia, mayor consumo.
Durante esos años, de 2006 y 2012, el consumo promedio por espectador se incrementa de 217 minutos
por televidente y día a los referidos 246 minutos. Es decir, el consumo sube media hora en redondeo. Una
magnitud más que sobresaliente y más si se tiene en cuenta, como se ha reseñado con anterioridad, que en el
período 1992 a 2005 el consumo por persona y día ya se había elevado en 25 minutos más. Como decíamos,
en 20 años (1992-2012) el consumo televisivo crece casi una hora por persona y día en España.
En gran titular periodístico: los españoles dedicamos dos meses completos de un año entero a
ver televisión. ¡¡¡ Ahí es nada !!!
Por resumir: de 192 minutos a 246 minutos. Casi una hora más por persona y día y por 365 días
de un año completo es una auténtica barbaridad de horas y horas dedicadas a “la caja lista“.
Bien es cierto que para que se generara dicho consumo estratosférico fue esencial el mencionado
cambio de tecnología, la de la analógica por la digital, por el sobresaliente incremento de canales
en competencia y, determinante también y no puede ni debe obviarse, la gran crisis económica de
nuestro país desde 2009 hasta 2014, con un desasosegante incremento de las personas sin empleo
que también hicieron posible elevar, como se viene insistiendo, el consumo televisivo.
Y todo ello, sin olvidar que el nacimiento de las “redes sociales“ genera una magnífica