Page 418 - Panorama Audiovisual Iberoamericano 2022
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audiovisuales que se ofrecen en toda clase de pantallas y plataformas, tanto la que es producida
por los corporativos y los caminos industriales como la que es realizada por los espectadores, la
cual es determinada entre otras cosas por tendencias, viralización en redes sociales y los gustos
particulares de comunidades virtuales.
Proceso de transformación de las preferencias de los nuevos espectadores
Elaboración propia
Sería pues en el eslabón de la oferta de contenidos audiovisuales en donde pudiera advertirse
si el consumo de cierta clase de contenidos puede modificarse en función de lo que está siendo
ofertado en todas las escalas del mercado, las políticas culturales y la creatividad de los usuarios.
Es aquí también en donde se observaría si los contenidos audiovisuales estarían asimilando
las transformaciones de la sociedad y los temas que se posicionan en la agenda pública, los
cuales estarían representándose por cuenta propia por parte de los contenidos audiovisuales que
generan los agentes externos a los medios. Viendo transversalmente estas tres variables desde la
capacidad de creación de los espectadores podría analizarse en primera instancia si los usuarios
crean preferencias distintas a las que predominaron hasta la popularización de las prácticas de
producción por parte de los espectadores. Esto sumaría otra pregunta más: ¿La reconfiguración
de las prácticas de consumo de entretenimiento digital afectará las preferencias y gustos de los
espectadores?
Las nuevas formas de participación cultural de los espectadores en los escenarios actuales
de la producción y circulación de contenidos digitales que entrañan una compleja relación como
consumidor con diversos aspectos de la industria y el mercado, ha supuesto con el tiempo una serie
de drásticos cambios en todos los eslabones de la cadena y ventanas de la industria del cine y el
audiovisual. Esto supuso adaptaciones en las estrategias de distribución y exhibición que derivaron
tanto en los dilemas actuales sobre hacía donde deben de dirigirse las nuevas prácticas comerciales
de los contenidos como en plantear las formas en las que deben de garantizarse los derechos de los
creadores y productores de las obras fortaleciendo el desarrollo del sector.
Durante varios años se pensó que la amenaza que representó para el cine la popularización
de la televisión en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, y más tarde el video doméstico,
que al final llevó a una “sana” convivencia o coexistencia de medios y formatos, sería el mismo
proceso que experimentaría la industria con la tecnología digital. La diferencia sustancial entre esos
primeros procesos que la industria pudo de cierta manera guiar tecnológica y comercialmente con
acuerdos y compensaciones entre sectores y ventanas de distribución, es que con la digitalización
los usuarios no solamente tienen la capacidad de demandar su consumo por cualquier vía sino que