Page 420 - Panorama Audiovisual Iberoamericano 2022
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                 Tras la peor parte de la pandemia los cinco aspectos de donde se basa buena parte del
             financiamiento no hicieron sino agravarse. Claramente la disminución de los ingresos en la taquilla
             en principio por las restricciones y las reservas de los espectadores a las salas se preveía que no
             se recuperaría en los niveles prepandemia en el corto plazo. Los ingresos publicitarios cayeron
             un 20% porque si bien crecieron las audiencias éstos no dependen de los niveles de rating sino
             de las condiciones económicas generales del respectivo país. El financiamiento público si bien se
             mantuvo al menos en 2020, dadas las condiciones económicas globales y locales junto con la baja
             recaudación fiscal, hacían preveer una sensible disminución en la capacidad pública de apoyar
             el sector cinematográfico y audiovisual. La caída de suscripciones de la televisión de paga que si
             bien durante 2020 pudo sostenerse, con la reestructuración del sector que consideraba una salida
             de la programación de contenidos de alto impacto como eventos deportivos, películas y series por
             su incorporación en plataformas digitales, advertían una nueva y franca caída. Es entonces que
             se advierte que serían las plataformas digitales las grandes ganadoras por ahora de la coyuntura
             pospandemia. Sin embargo, como se ha previsto también desde hace una década por parte de los
             estudios prospectivos de los medios, es incuestionable que el esquema de producción de contenidos
             en una atomización de propuestas, es decir, en muchas plataformas, no hará sino hacer incosteable
             la suma para contar con toda oferta de programación que se podía tener en tiempos pasados
             contratando una señal de televisión de paga o incluso en la televisión abierta donde la transacción
             no es ya económica sino intercambiando publicidad a cambio del tiempo libre, paradójicamente
             tal como pasa ahora con las plataformas de creación compartida como TikTok y YouTube. Como
             lo advirtieron los ejecutivos de las plataformas digitales a principios de esta década: su gran
             competidor dejó de ser el cine y sus ventanas de exhibición, ahora lo es la televisión y sus nuevas
             formas de consumo.

                 Tiempo libre, acceso a la infraestructura y oferta: los nuevos caminos desde la creación del
             espectador

                 Los cambios en las prácticas de muchos de los espectadores y los públicos no pueden observarse
             sin que se considere su diversidad. Una forma en la se expresa esta diversidad es a partir del uso
             del tiempo libre, el acceso a equipo e infraestructura y sus prácticas de producción y consumo
             audiovisual en donde se encuentran las más claras distinciones para distinguir si las preferencias
             pueden o no estarse modificando.  El género, la diversidad sexual, la edad, la auto adscripción
             étnica y el poder adquisitivo serían tan solo algunas de estas variables que combinadas estarían
             definiendo estas nuevas prácticas. Pensar que los gustos pueden ser homologados y diversificados
             desde las estrategias comerciales y las políticas culturales es una pregunta no resuelta que ha sido
             planteada desde la sociología, la antropología y la gestión cultural en diversos momentos. El capital
             cultural de las y los ciudadanos depende de una serie de factores y circunstancias que permiten
             advertir como lo señala Jesús Martín Barbero que es riesgoso no distinguir entre lo popular con
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             lo masivo . Es por ello que la producción de los corporativos y las grandes cadenas de contenidos
             audiovisuales necesitan de la vida real de las sociedades y de las transformaciones sociales que
             experimentan quienes las conformamos. A veces con resistencias pudorosas como el cine y la
             televisión convencional y otras asimilando abiertamente problemáticas reales pero llevadas muchas
             veces a congeniar con marcas y tendencias de mercado como muchas de las series que ofrecen
             las plataformas digitales.  No considerar estos aspectos sería relativizar el consumo en forma de
             producción de pasteles con el mismo sabor y como se sabe, aunque parezca, no es así. De eso se
             trataría el cambio de ese espectador que ahora se relata así mismo de otra forma desde su propia
             producción de contenidos audiovisuales, la cual guiaría las estrategias de medios quienes ahora lo
             advertirían como el factor central a la hora de pensar en la realización de contenidos audiovisuales.

                 En este sentido, el tiempo libre como un recurso no renovable y que sólo puede crecer hasta
             ciertos límites en la cotidianeidad de las personas, se ha establecido como una construcción social
             con la que se establecen relaciones sociales y estilos de vida. El tiempo libre ha sido tradicionalmente
             un elemento poco considerado dentro del consumo cultural tanto por las estrategias industriales




             5 Barbero, J.M. (1987) De los medios a la mediaciones.
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