Page 395 - Panorama Audiovisual Iberoamericano 2023
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CORTOMETRAJE IBEROAMERICANO, CADA MINUTO CUENTA                   395



                Desde factores como la penetración indiscutible de las plataformas, la total falta de empatía por
            parte de los exhibidores frente a la producción local, los exiguos presupuestos para la promoción y
            el marketing, hasta la proliferación de pequeños distribuidores con buenas intenciones, pero con una
            visión envejecida del negocio que dinamiza el círculo vicioso de menos público = menores ingresos
            = estrategias de lanzamiento más limitadas = menos público.

                EL GRAN MAESTRO

                Descartada de aquí en adelante la discusión sobre su importancia histórica que se extiende y
            amplifica con contundencia hasta hoy, y teniendo muy claro el peso expansivo que tiene para la
            reinvención constante del lenguaje audiovisual dada la inigualable libertad estética que implica
            debido a la habitual ausencia de condicionamientos comerciales, vayamos, no sin antes dejar claro
            que el cortometraje es un fin en sí mismo como rezan los lugares comunes, a dos de los aspectos que
            mayor trascendencia industrial tienen las películas de cortometraje: 1) El impacto en la formación
            profesional y 2) Su capacidad de penetración.

                En el primer caso el asunto es evidente, además de ser el estandarte más poderoso de la creación
            audiovisual en términos de experimentación, ergo libertad, y por ende un lugar para permitir que
            los cerebros cinematográficos en formación se salgan de las fórmulas establecidas, su impulso se
            vuelve necesario y urgente para que nuestras industrias audiovisuales estén constantemente nutridas
            por nuevos talentos mejor preparados, más seguros de sí mismos con argumentos previos. Una
            base más amplia de cortos, cortometrajistas y en general de un ejercicio de producción emergente,
            permite a futuro que tengamos más y mejores resultados en los formatos que dinamizan el negocio:
            largos y series.

                Vemos todo el tiempo que los directores y en general los equipos de producción que llegan a sus
            óperas primeras luego de una carrera de cortometrajes sólidos hacen su aparición en el mercado
            comercial o artístico con producciones mucho más contundentes y exitosas. Se vuelve entonces
            imperativo que desarrollemos las herramientas para potenciar una cantera más amplia de creadores
            audiovisuales probando sus capacidades y desarrollando su juicio crítico a través del proceso ensayo/
            error que el corto permite, para lograr una industria cada vez menos frágil en todos los aspectos.

                Los equipos de dirección y los jefes de departamento antes de enfrentar responsabilidades que
            implican presupuestos más peligrosos necesitan poner en práctica sus habilidades o quizá descubrir
            rápidamente que ellas no existen, o que el talento que creían tener requiere aún más claridad,
            rigurosidad y disciplina. Este terreno de los proyectos cortos funciona casi como un simulador de
            vuelo, son producciones indispensables para cumplir esa misión de separación de la paja del trigo
            a mediano y largo plazo.

                Y el segundo aspecto, también con un considerable impacto en la industria, es que el corto tiene
            la flexibilidad perfecta para navegar la complejidad actual que se vive en torno a la transformación
            en el consumo audiovisual. No creo que los largos vayan a desaparecer, pero las cifras en algunos
            territorios nos demuestran que vive un momento de vacas flacas por factores como el consumo
            veloz y el creciente número de espectadores que prefieren sus pantallas nómadas a las habituales
            salas de cine.

                Queremos películas que podamos ver mientras vamos al trabajo, en el celular o la tablet, en trayectos
            cortos mientras tomamos el metro, queremos poder ver una obra audiovisual que no requiera de 4
            horas, dos de desplazamiento y dos de atención, queremos más y más diversidad cinematográfica
            que nos permita acercarnos rápidamente a las múltiples experiencias de la condición humana y allí
            el corto es una herramienta fabulosa. Queremos películas cortas.

                Es probable que nunca en la historia del cine se estén produciendo, pero sobre todo consumiendo,
            tantos cortometrajes como en la actualidad. ¿Qué si todos son de alta calidad? ¿Qué si el vasto universo
            de videos disponibles en internet, pueden ser consideradas obras cinematográficas? ¿Qué si lo que
            vemos en youtube o tiktok podría ser llamado corto? ¿Qué sí vertical también es un corto? Todas esas
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