Page 397 - Panorama Audiovisual Iberoamericano 2023
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CORTOMETRAJE IBEROAMERICANO, CADA MINUTO CUENTA 397
evolutivo y de crecimiento del BFM - BOGOSHORTS Film Market -al cual estoy vinculado-, único
mercado especializado en el formato corto en América Latina y que llega a su séptima edición; ¡el
giro acertado y estratégico que dio en España el Foro de Desarrollo y Coproducción de Cortometrajes
Emergente! Cine Lab, el cual abrió un diálogo con América Latina que seguro empezará a ver pronto
sus frutos; y la creación del Short Corner Málaga dentro del MAFIZ en el Festival de Cine de Málaga,
que en su primera edición en marzo evidenció la necesidad de tener espacios para el cortometraje al
interior de los festivales de amplia trayectoria y que movilizan agentes de la industria, con una primera
edición realmente valiosa. Solo por nombrar algunas de varias iniciativas que están madurando o
naciendo, pero sobre todo enviando señales correctas al interior del sector.
En la misma dirección de búsqueda de audiencias a la que contribuyen los festivales de cortos,
se hace indispensable la apuesta de las televisiones públicas, las nacionales, locales y regionales y
en el caso de España las autonómicas. Es necesario que esos canales comprendan que la adquisición
de derechos de cortos de sus propios territorios y ojalá de toda Iberoamérica, en una cruzada de
impulso al cortometraje en español, es fundamental para inyectar gasolina en el audiovisual local.
En Colombia los casos de RTVC Play (plataforma derivada del canal público), y especialmente el de
Canal Capital, son buenos ejemplos. Este canal público de Bogotá luego de muchos años emitiendo
cortos sin pagar a los dueños de los derechos de explotación, en su reciente administración diseñó
una franja de apoyo y respeto a las creaciones de corta duración colombianas, pagando por ellas
y emitiéndolas en horarios de impacto. Por su parte la deuda de las televisiones privadas con el
cortometraje es aún mayor, eventualmente impulsan festivales, pero no adquieren las producciones.
En el caso de la circulación de cortos en Iberoamérica los retos son gigantescos. Dejemos algunos
sobre la mesa: Con excepción de Colombia -caso que abordaré más adelante-, no vemos estas
producciones circulares en las salas de cine fuera de los festivales. Las plataformas de streaming
de la región, pese a que en sus números de consumo es evidente que los cortometrajes tienen alta
aceptación, no los privilegian al momento de definir sus presupuestos de adquisiciones, esperan a
que los festivales se los consigan gratis. Con un par de excepciones en México y Colombia, y dejando
por fuera el trabajo sólido de la Academia de Cine de España, las academias iberoamericanas no
tienen al corto dentro de sus prioridades de visibilización en las diferentes estrategias que ejecutan,
incluida la necesidad de crear o darle importancia a las Categorías de Cortometraje en los premios
que organizan. Aquí es importante resaltar como un punto positivo la Muestra FIACINE: Mujeres
en Corto, gestionada y liderada por la Federación Iberoamericana de Academias de Cine.
UNA DENSA NEBLINA
La desatención en la construcción de herramientas contundentes para el desarrollo del cortometraje
en Latinoamérica es tan compleja que a diferencia del largometraje donde la intervención del estado
a través de presupuestos públicos es evidente o donde las series en su reciente evolución e impacto se
apalancan en las plataformas de streaming y las televisiones privadas, el corto vive en un hoyo negro
estadístico que solo es eventualmente iluminado por los datos de los festivales especializados en él.
Este pequeño pero determinante elemento para el desarrollo de cualquier aspecto de una industria
con aspiraciones de viabilidad, la existencia de cifras que permitan estudiar y entender el tamaño
del mercado en términos producción y consumo, es un objetivo del cual nos encontramos muy lejos.
En el pasado Short Corner de Málaga al que me referí anteriormente, fui invitado a dar un
panorama del cortometraje en América Latina, y claramente la búsqueda de cifras y datos fehacientes
que dieran cuenta de todo lo que sucede en cada país se convirtió en una limitante increible. Las
instituciones de apoyo y/o las autoridades cinematográficas tienen cifras de lo que ellos hacen, pero
no de lo que sucede en sus países globalmente con respecto al cortometraje.
Para entender los factores que permiten esta tormenta perfecta de ignorancia, o más bien bruma
perfecta, voy a poner como ejemplo el caso Colombiano del cual tengo más elementos en tanto director
de un festival que además organiza un mercado especializado, impulsador de una distribuidora
de cortos y diseñador conceptual del catálogo de promoción internacional de cortos colombianos
RE-FRESH, propiedad del Fondo Mixto de Promoción Cinematográfica - Proimagenes Colombia.